Gioconda Belli: “Em tempos de guerra, a poesia deixa testemunho e consola; tenta encontrar o sentido da vida enquanto a guerra o nega.”
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___________________________________________________________________________________Entrevista com a poeta e romancista nicaraguense Giaconda Belli, vencedora do XXXII Prémio Rainha Sofia de Poesia Ibero-americana
Podemos começar por recordar as suas palavras quando recebeu o Prémio Rainha Sofia de Poesia Ibero-americana: “dedico-o à minha Nicarágua, mãe da minha inspiração, país doente da minha esperança.” Como olha hoje para o seu país, agora que foi afastada dele?
Dói-me que a Nicarágua, que lutou tanto pela sua liberdade, tenha de repetir o ciclo de violência e tirania que a minha geração pensou que não voltaria a repetir-se jamais. Eu estive no exílio na ditadura anterior e nunca pensei que teria de deixar o meu país de novo. Tirarem-nos a nacionalidade, a tantos, por assumirmos posições críticas ao governo é uma medida sem precedentes, ilegal e cruel. Mas os Ortega não são a Nicarágua. Não reconheço a um casal de ditadores a autoridade para me privar do meu país. A Nicarágua continuará a ser o meu país até eu morrer.
Também se referiu à tradição poética da Nicarágua. Existe uma voz poética nicaraguense? Como falaria dela?
A poesia é parte essencial da identidade nicaraguense. O único herói reconhecido por todos é um poeta: Rubén Darío (1867-1916). Rubén introduziu o modernismo na poesia de língua espanhola. Chamaram-lhe “o Príncipe das letras castelhanas”. Quem sabe, por essa razão, o estatuto de maior prestígio na Nicarágua seja o de “poeta”. Rubén legou o amor pela poesia a todo um povo. Na Nicarágua brincamos dizendo que “toda gente é poeta até que se prove o contrário”. A poesia é um desporto nacional: todos o praticam. E isso fez com que exista uma tradição de grande poesia, poetas excelentes a cada geração. É significativo que o Prémio Rainha Sofia já tenha sido atribuído a três poetas nicaraguenses: Ernesto Cardenal, Claribel Alegría e agora a mim.
A sua voz é certamente parte dessa voz poética nicaraguense. No entanto, define-se como poeta, romancista, feminista e humanista. São o feminismo e o humanismo causas ao serviço da sua escrita ou vice-versa. Porquê?
Acredito que a poesia é uma voz que sai do interior mais fundo do ser humano. Sou mulher e a minha poesia fala da minha condição de mulher, porque essa vivência é inseparável da minha condição humana. Por outro lado, sinto-me muito sortuda por fazer parte dos seres vivos que habitam este planeta. Acredito na nossa capacidade de grandeza. Enternece-me a busca secular para encontrar a forma mais coerente de viver. A humanidade surpreende-me com os seus sucessos e fracassos. Essa complexidade seduz-me. O que veio primeiro? É como a pergunta do ovo e da galinha.
Disse em declarações recentes que a poesia é “extremamente importante para a humanidade desde o início dos tempos”. Qual é essa importância? Como a descreveria?
Qual é a importância do canto de um pássaro? Que uma árvore dê flor? Cada ser vivo tem a sua maneira de se expressar, a sua forma de estar no mundo. A palavra é a nossa.
Podemos pensar na importância da poesia em tempos de guerra?
Em tempos de guerra, a poesia deixa testemunho e consola; tenta encontrar o sentido da vida enquanto a guerra o nega.
Não é o primeiro prémio literário que recebe. Por exemplo, o seu primeiro livro de poesia, Sobre la Grama, venceu o Prémio Mariano Fiallos Gil da Universidade Autónoma da Nicarágua. Ainda assim, com que estado de espírito recebe esta distinção?
Felizmente, sou uma pessoa otimista. Acredito que a vida tem as suas razões para nos colocar obstáculos e provas. Estar a viver em Espanha tem sido muito enriquecedor para mim; sentir-me valorizada e amada reafirma o meu princípio vital de não deixar que estes golpes me façam perder a fé na poesia, e na minha própria capacidade de celebrar a vida e os seus desafios.
Se tivesse de escolher um verso, de qualquer autor, para descrever a alegria, qual seria?
Uma menina de nove anos, que foi minha aluna numa oficina de poesia durante o meu exílio na Costa Rica já há algum tempo, escreveu o meu verso preferido: “Eu tenho alegria em vez de sangue”.
E um verso para descrever o exílio a que se vê obrigada?
Tenho um poema que se chama “Sísifo”. Partilho os versos finais:
Digo presente al día,
lo celebro
Dentro de mí se acomodan la felicidad, la nostalgia.
No sobrevivo.
Vivo.
Más tarde vendrá el sol
O el frío
Y yo seguiré con mi piedra
Cuesta arriba
No conozco otra manera
de ser Sísifo.
Entrevista con Giaconda Belli, poeta y novelista nicaragüense, ganadora del XXXII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
“En la guerra, la poesía deja testimonio y consuela; trata de encontrarle el sentido de la vida mientras la guerra lo niega.”
Podemos empezar recordando sus palabras cuando recibió el Premio: «Se lo dedico a mi Nicaragua, madre de mi inspiración, doliente país de mi esperanza”. ¿Cómo mira hoy a su país ahora que le han sacado de él?
Me duele que Nicaragua, que luchó tanto por su libertad, tenga que repetir el ciclo de violencia y tiranía que mi generación pensó no se repetiría jamás. Yo estuve en el exilio en la dictadura anterior y nunca pensé que tendría que dejar mi país de nuevo. Quitarnos la nacionalidad a tantos por tener posiciones críticas al gobierno es una medida sin precedentes, ilegal y cruel. Pero los Ortega no son Nicaragua. No reconozco que una pareja de dictadores tenga la autoridad para despojarme de mi país. Seguirá siendo mi país hasta que muera.
También se refirió a la tradición poética de Nicaragua. ¿Existe una voz poética nicaragüense? ¿Cómo hablaría de ella?
La poesía es parte esencial de la identidad nicaragüense. El único héroe reconocido por todos allá es un poeta: Rubén Darío (1867-1916) Rubén introdujo el modernismo en la poesía de habla española .Lo llamaron “el Príncipe de las letras castellanas”. Quizás por eso el estatus de más prestigio en Nicaragua es el de “poeta” Rubén le legó el amor por la poesía a todo un pueblo. En Nicaragua bromeamos diciendo que “todo mundo es poeta hasta que no se demuestre lo contrario” La poesía es un deporte nacional: todos lo practican. Eso ha hecho que exista una tradición de gran poesía, poetas excelentes en cada generación. Es significativo que el Premio Reina Sofía se le haya otorgado ya a tres poetas nicaragüenses: Ernesto Cardenal, Claribel Alegría y ahora a mí.
Su voz es ciertamente parte de esa voz poética nicaragüense. Sin embargo, se define como poeta, novelista, feminista y humanista. ¿Son el feminismo y el humanismo causas al servicio de su escritura o viceversa? ¿por qué?
Creo que la poesía es una voz que sale del interior más hondo del ser humano. Soy mujer y mi poesía habla de mi condición de mujer porque esa vivencia es inseparable de mi condición humana. Me siento, por otra parte, muy afortunada de se parte de los seres vivos que habitamos este planeta. Creo en nuestra capacidad de grandeza. Me enternece la búsqueda secular por encontrar la manera más coherente de vivir. Me maravilla la humanidad por sus aciertos y desaciertos. Esa complejidad me seduce. ¿Qué fue primero? Es como la pregunta del huevo y la gallina.
Dijo en declaraciones recientes que la poesía es “sumamente importante para la Humanidad desde el principio de los tiempos”. ¿Cuál es esta importancia? ¿Cómo la describiría?
¿Cuál es la importancia de que cante un pájaro, de que un árbol de flor? Cada ser vivo tiene su manera de expresarse, su forma de estar en el mundo. La palabra es la nuestra.
Podemos pensar en la importancia de la poesía en tiempos de guerra?
En la guerra, la poesía deja testimonio y consuela; trata de encontrarle el sentido de la vida mientras la guerra lo niega.
No es el primer premio literario que recibe, de hecho, inmediatamente se lo otorgaron un premio por su primer libro de poesía, Sobre la Grama, ganador del Premio Mariano Fiallos Gil, de la Universidad Autónoma de Nicaragua. Aún así, ¿en qué estado de ánimo recibe esta distinción?
Afortunadamente, soy una persona optimista. Creo que la vida tiene sus razones para ponernos obstáculos y pruebas. Estar en España ha sido muy enriquecedor para mí; sentirme valorada y querida reafirma mi principio vital de no dejar que estos golpes me hagan perder la fe en la poesía, y en mi propia capacidad de celebrar la vida y sus retos.
Si tuviera que elegir un verso, de cualquier autor, para describir la alegría, ¿cuál sería?
Una niña de nueve años que tuve de alumna en un taller de poesía en mi exilio en Costa Rica hace tiempo, escribió mi verso preferido: “Yo tengo alegría en vez de sangre”
¿Y un verso para describir el exilio al que se ve obligada?
Tengo un poema que se llama “Sísifo”. Te anoto los versos finales:
Digo presente al día,
lo celebro
Dentro de mí se acomodan la felicidad, la nostalgia.
No sobrevivo.
Vivo.
Más tarde vendrá el sol
O el frío
Y yo seguiré con mi piedra
Cuesta arriba
No conozco otra manera
de ser Sísifo.
Entrevista realizada por Raquel Marinho