Mariana Bernárdez e o poder da poesia

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[Texto lido pela poetisa Mariana Bernárdez na sessão de apresentação do livro Escreve-me nos Olhos]

Hoy hemos sido convocados por el poder de la poesía. Quisiera comenzar por darle las gracias a cada uno de ustedes y reconocer a las personas que han hecho posible el estar aquí, en la Casa de América Latina y que cierra la exposición de Luisa Ferreira sobre la ciudad de México. No puedo imaginar un contexto más afortunado para esta ocasión.

Todo libro tiene su propia historia, y quisiera mencionar algunos nombres, con la seguridad de que habré, con la emoción, de olvidar alguno, adelanto por ello mis disculpas. A José Matos por su amistad y por su amor a la poesía; a Isabel Santos por su complicidad, por su entusiasmo imparable que ha impactado e impacta en la vida de todos; a Manuela Judice por su abierta generosidad y por haber hecho posible una Casa cuya labor de resguardo ha alcanzado el confín del Atlántico. A Jorge Reis por haber hecho un trabajo editorial esmerado que denota su maestría y su oficio de editor, no cualquier cosa… Y muy en especial a ti José por haberme encontrado.

Diría que no hay un escenario de mayor moradura que el diálogo interno de la poesía; la urgencia de su llamada reverbera en la pregunta que Hölderlin esboza en su poema “Pan y vino” ¿Para qué poetas en tiempos aciagos?, diría que por eso, porque los tiempos que corren son aciagos. Y agrego, la poesía nos une y nos reúne, nos da algo musical que recuerda de dónde venimos, cuál el peso y la gravitación que nos centra, para regresar a nosotros mismos, a la vida y a las cosas que tienen importancia.

Celebro la extraordinaria finura del arte insólito de la traducción, traducir sería traer del otro lado… esa voz que se desdobla entre dos orillas necesarias en su deseo y en su distancia. En el caso de la poesía, que naturalmente proviene de lo oscuro, de esa hendidura de lo profundo, siempre hay un gran espacio entre sus márgenes, traducir se vuelve entonces una reinvención en el mejor sentido de esta palabra; una reflexión en el mejor sentido de esta palabra, y sobre todo, una creación.

De Nuno conmueve su elocuencia y su fuerza poética, que bien es descrita en este verso suyo: “[…] el arte está en el orden con que el poeta/ lo desordena todo.” Así que celebremos este libro doble, este dueto impar que hace unos meses, era impensable; y que Escríbeme en los ojos haya sido un motivo para que Nuno Judice escribiera y escribiera tan magníficamente bien.

I. Escríbeme en los ojos
Escríbeme en los ojos
Me dices “Como si en el árbol de Polanco”
Me regalas un caracol
II. Don del recuento
El calor invade los días
Y de tan callado el mundo
Te me quedas callado
III. Blanco y negro
Con la diestra

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